6 Métodos que te pueden ayudar a detecar los días fértiles – 5. El seguimiento de otros cambios fisiológicos

Existe otra serie de cambios y síntomas en el cuerpo de la mujer que le pueden ayudar a detectar el momento de su ovulación. Entre ellos se encuentran los cambios en el cuello del útero y el dolor abdominal, de los que hablaremos en detalle. Además, la mujer también puede experimentar otros dolores corporales, hipersensibilidad mamaria, cambios de humor y un mayor apetito sexual.

En los días cercanos a la ovulación, el cuello del útero se ensancha, se hace blando y se sube por acción de los estrógenos producidos por los ovarios; de esta manera se facilita el paso de los espermatozoides a través del mismo; estos cambios, por tanto, son indicadores de los días fértiles de la mujer. Durante la fase secretora o lútea y, debido a la progesterona producida por el cuerpo lúteo, el cuello se hace más pequeño, se cierra, se hace duro y baja, dificultando el paso de los espermatozoides; lo que indica que los días son infértiles. La mujer puede explorarse ella misma y entrenarse en detectar estos cambios en el cuello del útero mediante la palpación, siendo así capaz de predecir sus días con mayores posibilidades de concebir.

El dolor abdominal que se puede experimentar durante la ovulación toma el nombre del alemán: “Mittelschmerz” que significa “dolor del medio”. Éste aparece a la altura del ovario y puede darse en ambos lados o en uno solo, que será en el lado del ovario que esté ovulando. Como la mujer puede ovular por el mismo ovario varios meses, el dolor puede repetirse de lado en los siguientes ciclos. En el día de hoy no se sabe todavía la causa concreta por la que aparece esta molestia: se hipotetiza que podría deberse a la distensión del ovario producida por el agrandamiento del folículo maduro o que el líquido que se libera del folículo roto podría estar irritando las paredes del peritoneo. Dependiendo de la mujer así notará el dolor de una manera o de otra: más profundo, más punzante, durante unos minutos o durante horas; e incluso puede agravarse en las relaciones sexuales, dificultando con ello las mismas. Se podría remediar el dolor con analgésicos en caso de que su intensidad lo hiciera necesario, lo cual suele ser muy raro; no obstante, se aconseja no hacerlo, ya que los analgésicos pueden intervenir en el proceso ovulatorio. 

Lo importante es ver este síntoma, y otros si aparecen, como una ventaja, pues la mujer que lo experimenta puede determinar cuándo ovula y, en consecuencia, sus días fértiles, sin necesidad de utilizar otros métodos.

 

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